martes, 6 de marzo de 2012

La educación del talento, José Antonio Marina (2010)

Cuando compré este libro en Amazon lo hice más por el precio al que aparecía que porque realmente fuera a leerlo. Hace no demasiado reseñaba por aquí el libro Educar sin gritar, de Guillermo Ballenato, y tras leer aquel decidí seguir con algún libro más o menos relacionado.

Sinopsis: (Tomada de Amazon)
El objetivo de la educación es desarrollar el talento de los individuos y de las colectividades. Los gurús del management insisten sin descanso en la necesidad de talento, y hay profesionales que se dedican a buscarlo. A todos nos gustaría tener talento. Todos lo admiramos. La cuestión es cómo desarrollarlo en nuestros niños y niñas, y también en nosotros. No hay simplificaciones milagrosas. Ni se puede ser “millonario al instante”, ni “aprender chino en veinte horas”, ni conseguir ninguna de esas maravillas que prometen libros timadores. El talento es un hábito y, como todos los hábitos, difícil de adquirir.

Hay también muchos tipos de talento. Esta obra pretende ayudar a nuestros niños a descubrir los suyos. Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias fortalezas y debilidades. Pero también hay un “talento básico”, que debemos intentar desarrollar universalmente, y de éste trata sobre todo este libro.  Talento para saber qué hacer con los demás talentos y también con nuestras limitaciones.

Opinión personal: Aunque no soy demasiado amigo de este tipo de libros tengo que decir que me ha sorprendido muy positivamente. Es verdad que en algunos momentos escapaba un tanto a mi interés porque me tenía la sensación de que marchaba por los cerros de Úbeda y se me hacía algo monótono, pero enseguida conseguía volver a captar mi atención.
Creo que parte de su éxito radica en cómo está escrito, un planteamiento inicial, unos invitados que dan su opinión sobre el tema del que trata el capítulo y lo que habitualmente más me gustaba de cada capítulo: el fuego de campamento. En este apartado José Antonio Marina departía con una serie de contertulios, padres, madres, profesores, filósofos, adolescentes... que aportaban su opinión al tema. Unas conversaciones más creíbles que otras y otras más cercanas e interesantes pero que solían centrar el asunto y poner los pies en la tierra.


Valoración personal: 4 sobre 5.

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